
COLUMNISTAS
SOSTENIBILIDAD, UN VÍNCULO EMOCIONAL
POR CAROLINA JORQUERA C.
21 de agosto de 2025
Mucho se habla de sustentabilidad o sostenibilidad… pero ¿de verdad sabemos qué significa esto? En estricto rigor, es la capacidad de satisfacer las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las futuras generaciones para satisfacer las suyas.
Pero para mí, como mujer, la sostenibilidad tiene una relación mucho más profunda: está ligada a un vínculo emocional conmigo misma, con mis pares, mis padres, hermanos, hijos y quienes vendrán. Nace desde la sensibilidad que nos caracteriza y desde esa fuerza inherente que emana del útero: la capacidad de cuidar, contener, mantener, proteger y preservar.
Cada vez nos importa más el impacto de nuestras acciones, en todos los sentidos, y eso es justamente lo que queremos enseñar a los nuestros, ¿verdad? Las mujeres —y espero que seamos muchas— estamos cada vez más conscientes de las consecuencias que pueden tener nuestras decisiones, nuestras inversiones o incluso nuestros hábitos.
Y si me remito al mundo de la moda o la cosmética, debemos entender que sí o sí tenemos que alinearnos con el planeta. Ya no más plásticos en nuestras prendas o accesorios. No más huella de carbono ni tóxicos. Sí a más materiales nobles, de calidad, duraderos. En el fondo, eso que para muchos es “lujo silencioso”, para todos debería ser un deber ser: pagar por cosas que duren, que puedan heredarse, que tengan historia.
Veamos ese nexo emocional que nos une a las cosas que nos entregan calidad de vida y que, a su vez, podrán entregársela a otros en el futuro. Un claro ejemplo de ello es el uso de prendas de segunda mano. ¿Tienes en tu clóset prendas heredadas de tu madre, abuelos o hermanos? Estoy segura de que sí. Yo también, y muchas. Y no las conservo solo porque me gustan, sino por el profundo vínculo emocional que representan. Son prendas elegidas y preservadas que habitan en mi memoria desde que las vi por primera vez en cada uno de ellos. Las amaba y las deseaba para mí desde que era niña…
Nunca olvidaré la falda roja de cuero y los zapatos de charol y terciopelo negro de mi madre, que soñé tener desde niña y que me regaló con amor al graduarme de la universidad. Cada vez que los uso, abrazo su historia y revivo emociones profundas, dejando un legado de cuidado para las generaciones futuras.
¿Lo habían pensado así? ¿Cuántas de tus prendas heredadas de familiares o amigas amas y sueñas con pasar a tus hijos? En un mundo cada vez más consciente del cuidado del planeta, la conexión entre el bienestar de las mujeres y la sostenibilidad es profunda: ambas buscan un equilibrio armonioso entre las personas y el medio ambiente.
Las invito a actuar desde el corazón y la sensibilidad que nos caracteriza. Juntas, podemos construir un futuro más brillante y sostenible para todos.
¡Únete a este movimiento y marca la diferencia! Una diferencia que nuestras futuras generaciones aprenderán a continuar. Seamos cada día más conscientes; esa es la medicina que, estoy segura, curará nuestro planeta.