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ECONOMÍA & FINANZAS
¿TRABAJAR MENOS O SER MÁS EFICIENTE? EL DEBATE QUE CHILE YA NO PUEDE POSTERGAR
POR PAULINA MONET
28 de mayo de 2025
Mientras España avanza hacia una jornada laboral de 37,5 horas semanales, en Chile recién estamos comenzando el camino hacia las 40. Pero la pregunta no es solo cuántas horas trabajamos, sino cómo queremos vivir nuestro tiempo y cómo estamos trabajando durante esas horas.
Porque si pedimos una reducción de jornada con el argumento de conciliar mejor la vida personal y profesional, también debemos mirar los datos que nos entregan esos países: menos horas, sí… pero con más eficiencia. Y es justo tener toda la información sobre la mesa antes de tomar decisiones como país.
Menos horas, más bienestar… ¿y más productividad?
En Valencia, un programa piloto redujo las semanas laborales. ¿El resultado?
- 37% más de actividad física
- 46% más de tiempo para leer
- 80% reportó mejor conciliación vida-trabajo
- Y se redujo significativamente la contaminación urbana
Fuente: El País, 2024
Además del bienestar, la productividad no se vio afectada, e incluso en algunas áreas se mantuvo o mejoró. Es decir: trabajar menos no significa rendir menos.
La idiosincrasia de la eficiencia: ¿estamos listas?
Según el World Economic Forum (2023), los países que lideran la reducción de jornada laboral —como Países Bajos, Noruega y Alemania— también están entre los más productivos por hora trabajada en el mundo.
Pero eso no es casual. Son culturas laborales enfocadas en el logro, no en la presencia. Trabajan por objetivos, promueven la autonomía y saben usar la tecnología para optimizar el tiempo.
¿Y EN AMÉRICA LATINA?
La historia es distinta. En muchos casos, la cultura del “cumplir horario” pesa más que los resultados reales. En Chile, aún hay empresas donde la eficiencia depende del control, no de la confianza.
¿Y EN CHILE?
La ley que reduce de 45 a 40 horas semanales ya fue aprobada, pero su implementación es gradual. Mientras tanto, las mujeres seguimos cargando con la mayor parte del trabajo doméstico y de cuidados, lo que limita nuestro tiempo, energía y oportunidades laborales.
Según el Instituto Nacional de Estadísticas (INE, 2024):
- La tasa de participación laboral femenina alcanzó el 52,1%, en comparación con el 71,4% de los hombres, lo que representa una brecha de 19,3 puntos porcentuales.
Según la Dirección del Trabajo (2024):
- Las mujeres ganan, en promedio, un 28,7% menos que los hombres, una disparidad que se mantiene incluso al considerar variables como edad, antigüedad, tipo de contrato y jornada laboral.
La reducción de jornada no puede verse como un “beneficio extra”. Es una medida de equilibrio y eficiencia social que, bien implementada, mejora la salud mental, el rendimiento profesional y la equidad en el acceso a oportunidades.
Conciliar no debería ser un lujo

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¿QUÉ NECESITA CHILE PARA AVANZAR?
En España, la nueva ley permite que madres, cuidadoras y mujeres que han sufrido violencia de género puedan reducir su jornada con protección legal.
¿El impacto? No solo ayuda a quienes acceden directamente al beneficio. También mejora el clima organizacional, reduce la rotación y eleva la productividad general. Porque al final del día, las personas más equilibradas… trabajan mejor.
- Voluntad política: las leyes deben venir acompañadas de fiscalización y cultura organizacional.
- Empresas con visión: invertir en bienestar no es gasto, es estrategia.
- Conciencia de eficiencia: menos horas requieren planificación, foco y gestión inteligente.
- Mujeres decididas: porque ser eficiente no significa estar disponible 24/7.
En Atrévete Woman creemos…
Que el trabajo no debe consumirnos para validarnos.
Que una jornada más corta solo tendrá sentido si cambiamos también cómo medimos el éxito laboral.
Y que cada hora recuperada es tiempo que vuelve a nuestras manos para crear, cuidar, descansar o simplemente vivir.