Este 14 de julio, mientras Francia celebraba su Día Nacional, una mujer de 72 años se convirtió en el símbolo más poderoso de valentía y transformación: Gisèle Pelicot fue condecorada con la Legión de Honor, la más alta distinción civil del país. No por ser una artista, científica o política, sino por algo aún más valiente: atreverse a contar su historia.

Gisèle fue víctima de una de las agresiones sexuales más atroces conocidas en Europa. Durante casi una década, su entonces esposo, Dominique Pelicot, la drogó sistemáticamente y permitió que más de 70 de hombres abusaran de ella mientras dormía. Todo fue documentado por él mismo, hasta que en 2020 la policía descubrió los archivos en su computador. Lo que realmente estremeció al mundo no fue solo la magnitud del caso, sino la fuerza con la que ella decidió enfrentarlo.

En vez de esconderse, Gisèle renunció a su anonimato, exigió un juicio público y declaró que la vergüenza debe cambiar de bando. Su testimonio llevó a su agresor a prisión por 20 años y sacudió las bases del sistema judicial francés. Desde entonces, es un ícono feminista global, apareciendo en las listas de Time, BBC y el Financial Times como una de las mujeres más influyentes del año.