Las Haenyeo son un ejemplo de cómo el cuerpo y el alma femenina se adaptan en los entornos más hostiles. Pueden sumergirse a profundidades de hasta 20 metros y mantener la respiración durante más de un minuto. Una típica sesión de forrajeo puede durar entre cuatro y cinco horas. La mayoría de las buceadoras de Jeju tienen entre 60 y 80 años, aunque hay algunas más jóvenes que buscan mantener viva la práctica. Tradicionalmente, fueron el sustento principal de sus familias en una sociedad donde el rol femenino era usualmente más limitado. 

Más allá de la pesca, las haenyeo simbolizan resiliencia, conexión con la naturaleza y una forma de empoderamiento femenino poco común en contextos tradicionales. Hoy, su número ha disminuido considerablemente, pero aún son un ícono tanto en Corea como en el resto del mundo: en 2016, la UNESCO inscribió su cultura en la lista del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. Y por si fuera poco, el legado de estas mujeres inspira a la cultura pop: la madre de la protagonista en Si la vida te da mandarinas, la exitosa serie surcoreana, es una orgullosa haenyeo.