La cantante, que actualmente luce su embarazo con una elegancia inigualable, deslumbró con un espectacular vestido Saint Laurent que realzaba su figura y complementaba a la perfección su icónico estilo. Pero lo más tierno y conmovedor de su aparición fue la compañía de sus dos hijos, RZA y Riot. Los pequeños, vestidos con atuendos a medida creados por el aclamado diseñador Jonathan Anderson, se robaron el corazón de los presentes, demostrando que el estilo y el carisma son parte de la herencia familiar.

La presencia de Rihanna en la premiere no solo fue un despliegue de moda, sino también una celebración de su talento multifacético. No solo es una cantante, como si no fuera suficiente, es una empresaria con tiempo para la gran pantalla que además posee un estilo icónico.